sábado, 27 de mayo de 2017

Nuevas fotos de Rob en Cannes - 27 Mayo (Añadidas HQ)

Fine Films distribuirá Good Time en Japón


Nuevas Fotos de Rob en Cannes - 26 de Mayo

Rob cenando en un yate con los hermanos Safdie y Claire Dennis.

Scan: Rob y The Lost City of Z en "Best Movie" Italia


Entrevista de Rob con el "El Pais" España


Para Robert Pattinson (Londres, 1986), su pasado de ídolo adolescente es como un recuerdo de otra vida. Como una locura lejana de juventud de la que, en esta tarde soleada de fin de festival, apenas parece acordarse. El actor recuerda un viaje a Brasil, en el clímax de la saga Crepúsculo, que lo catapultó a una violenta gloria junto a su entonces pareja, Kristen Stewart. No vio nada más que el hotel. “Fue salvaje. Solo recuerdo a gente gritando”, explicaba este viernes. El actor sorbe un té verde en la terraza interior de un hotel de la Croisette. En otro tiempo, las fans estarían colgadas de las ventanas. En este, solo hay silencio. Pattinson se presenta como un tipo accesible y esforzadamente normal, sin séquito a la vista y vestido con cierto desaliño (aunque todo sea de Dior).

El actor ha regresado al Festival de Cannes para presentar Good Time, un aplaudido thriller de bajo coste, repleto de luces de neón y colores psicotrópicos, que relata la carrera de obstáculos de un delincuente de poca monta para salvar a su hermano discapacitado, detenido tras un golpe que salió mal. Dirigen los hermanos Safdie, surgidos del circuito ultraindependiente y partidarios de un cine de guerrilla, lo que llevó a Pattinson a rodar en cárceles y hospitales públicos de los barrios desfavorecidos de Nueva York, donde dice que nadie lo reconoció. El intérprete puede marcharse de la Costa Azul con premio, a juzgar por los panegíricos que ha generado su interpretación. "No lo sé. Mi deseo ya se ha cumplido. Solo quería venir a Cannes", esquiva con pericia. Pero una sonrisa le traiciona.

Hace cinco años, el actor renació en este festival. David Cronenberg lo había escogido para interpretar al protagonista de Cosmopolis, con la que ponía fin a sus años de estrella juvenil. Desde entonces, ha rodado con cineastas como James Gray, Werner Herzog o Anton Corbijn. La histeria colectiva que solía despertar su presencia se ha transformado en respeto y buenas críticas. Si tenía algo que demostrar, lo ha logrado con creces. “Todo forma parte de la misma progresión. Uno siempre lo hace lo mejor que puede. Espero seguir teniendo algo que demostrar, aunque solo sea de cara a mí mismo”, responde.